domingo, 14 de diciembre de 2008

La casa podrida
gotea lenta...
no la podremos salvar.

Impúdicamente advirtiendo el destino,
pútridas,
las paredes acuosas
devienen en venas.

La casa se inunda en el letargo de los árboles
y las ventanas retorcidas del paisaje cotidiano.
Los suelos resbalan infecciones.
moho silencioso crece...
no la podremos salvar.

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